jueves, 12 de abril de 2012

ÁNGELES



Hola, amigos. Nos adentramos de nuevo en uno de esos temas que, en este espacio, llamamos habitualmente “fronterizos”, y que ponen a prueba nuestros esquemas mentales. Así que hoy toca, como nos recomienda Bruce Lee, olvidarnos de las formas y abrir bien las ventanas de los sentidos, porque el viento nos viene acompañado por el vuelo de toda una cohorte de ángeles.


La palabra ángel viene del griego ángelos (γγελος =mensajero), que, a su vez es traducción del hebreo malách (םַלְאָךְ), que también significa mensajero. Habitualmente se les identifica como entidades celestiales, intermediarios entre el Cielo y la Tierra, y que tienen una misión anunciadora o protectora.



El origen del culto a los ángeles podemos localizarlo en la antigua Mesopotamia y, probablemente, se trate de una reminiscencia de primitivos cultos animistas que, posteriormente, se incorporaron a las nuevas formas de religiosidad que fueron surgiendo y que, dada su fuerza en el ámbito de las creencias populares, siempre tuvieron una presencia más o menos visible. Y, a partir de allí, este culto pasaría a las principales religiones de Oriente Medio como el Judaísmo, el Zoroastrismo, el Islam y el Cristianismo.

Isis Alada. En otras culturas, como la egipcia, también podemos encontrar
representaciones de dioses alados.
Así, la teología zoroastrista nos habla de los yazatas, entendidos como emanaciones de amor y sabiduría derivadas de Ahura Mazda, el gran dios creador, y que comunican a éste con la Humanidad.

Ángel persa

Para el Islam, por otra parte, los ángeles (malaíka) son identificados como seres de luz que están al servicio de Dios. Mahoma recibió la revelación divina a través del ángel Gabriel (Yibril), el mismo que anunció a María que sería la madre de Cristo. Los ángeles en el Islam, además, son los que traen al mundo las almas de los recién nacidos y se encargan de llevarse las de los difuntos, aparte de ejercer de mensajeros.

Gabriel ante Mahoma

En la tradición judeo-cristiana, los ángeles ya aparecen citados desde el Antiguo Testamento como heraldos de Dios o guerreros, y trayendo mensajes o advirtiendo de peligros. Aunque en el Judaísmo moderno se prefiere tratar a los ángeles como simples conceptos o expresiones literarias, en la Cábala (Judaísmo esotérico) se les reconoce como entidades reales, con las que se puede establecer diálogo.

Un ángel impidió que Abraham sacrificara a su hijo Isaac (Gén. 22, 7-18)

La imagen del dios Cupido fue
tomada como referente icono-
gráfico de los ángeles cristianos
El Cristianismo, desde sus primeros tiempos, absorbió la tradición angélica hebrea y la incorporó a su culto, en el que los ángeles también pasan a ser intercesores. Aunque en esta tradición ya venía establecida una cierta estratificación entre estas entidades celestiales, fue en la Edad Media cuando se dio forma a la jerarquía angelical cristiana. Los teóricos del pensamiento único de aquellos tiempos, también llamados santos padres, crearon una rígida jerarquía entre las diferentes categorías de ángeles muy similar a la existente en la sociedad y que, indirectamente, justificaba la existencia de la jerarquía terrenal, y le daba carta de naturaleza y razón de ser, al ser reflejo de la divina. Todo un gran embuste.

La jerarquía celestial y la jerarquía terrenal: tanto monta, monta tanto


Pero, a nivel popular, la creencia en los ángeles, ya sean mensajeros o protectores, está también fundamentada en leyendas populares y experiencias personales de las que existen innumerables testimonios. Hoy vamos a ver unos ejemplos que este autor ha recogido de algunas personas que me han contado personalmente sus experiencias al respecto, y que trataremos de analizar de la manera más objetiva.



El primer testimonio pertenece a una niña de doce años que estuvo a punto de morir ahogada. Según me contaba, después de nadar un rato cerca de la orilla, sin darse cuenta se fue adentrando en el mar hasta empezó a tener miedo. Y, como consecuencia de ello, comenzó a agitarse bruscamente en el agua mientras notaba cómo se hundía. Pero, cuando ya su cuerpo estaba completamente sumergido, notó cómo unos brazos tiraban fuertemente de ella hacia la superficie y la mantuvieron a flote hasta que vinieron los socorristas a rescatarla. Según ella, pudo ver claramente que estos seres que la sacaron a flote eran “sus bisabuelos”, quienes permanecieron a su lado sobre la superficie del agua hasta la llegada de los rescatadores. La explicación más racional a este fenómeno es que se trató de una alucinación provocada por la falta de oxígeno en el cerebro. Pero, el asunto no quedó ahí, porque en los días sucesivos, y mientras se recuperaba de este lance, la niña siguió viendo a sus bisabuelos cada vez que entraba en el cuarto de baño de su casa, y tenía miedo de estar sola. Hasta que, un tiempo después, y para tranquilidad suya, estos “ancianos protectores” dejaron de venir a visitarla. Un matiz curioso de este caso es la relación entre los  supuestos ángeles y con el concepto “baño” y el elemento “agua”.


El segundo testimonio es de un hombre joven, de unos 30 años, que tenía dotes innatas de médium y clarividente, y que se dedicaba a ello profesionalmente (en España es una actividad legal). Por lo que veía a diario en su consulta, podría decir que estaba acostumbrado a ver de todo. Pero un día le ocurrió algo realmente inusual. Mientras estaba atendiendo a un consultante en el despacho, y en estado de concentración, vio a través de la puerta entreabierta que comunicaba con la sala de espera cómo un  resplandor apareció súbitamente. Al momento salió a la sala de espera para comprobar de qué se trataba, y según él, lo que había ocurrido es que un hombre, al que él ya conocía por haberlo atendido en otra ocasión, y al que calificaba como un “hombre de mucha fe”, acababa de entrar en la sala y venía acompañado de “un coro de ángeles, que le seguían”, y que era lo que producía ese inusual resplandor. En este caso, vemos la identificación de ángeles como “seres de luz”, tal y como aparecen en muchos testimonios recogidos desde la Antigüedad. Y cabría hacernos la pregunta de si el propio vidente no estaría influido por esta tradición a la hora de interpretar esta percepción, y por la opinión previa que tenía ya hecha aquel hombre que apareció por la sala con su ejército de ángeles.



El tercer caso responde al testimonio de una mujer anciana, y que se remonta a “muchos años atrás”, es decir, a la primera mitad del siglo pasado. Contaba esta mujer que, en una noche tormentosa de invierno, un niño suyo, un bebé, se le puso muy enfermo, y con la fiebre muy alta. Ella estaba angustiada y desesperada, y se temía lo peor. Afuera estaba la oscuridad, una fuerte lluvia que no cesaba, los relámpagos y un larguísimo y peligroso camino hasta el pueblo más cercano. Era imposible salir con un niño en aquel estado. Pero, según contaba esta mujer, de repente empezó a escuchar una música muy agradable que parecía provenir de la oscuridad exterior y cerca de la puerta. La música estaba acompañada también de unos hermosos y extraños cánticos. Y entre ellos pudo percibir claramente unas voces que se dirigían a ella por su nombre y le decían: “No te preocupes, E., que tu niño se pondrá pronto mejor. Tranquila, que no le va a pasar nada”. Ella al oír esto, se tranquilizó, y el hecho es que a las pocas horas el niño mejoró notablemente. En este caso, los ángeles no se vieron, sólo se escucharon. ¿Se trató de una falsa percepción provocada por el miedo y el ruido de la tormenta?. También hay que considerar el tiempo transcurrido y la posible deformación de los recuerdos.


Y un cuarto caso que quiero presentar nos viene de la mano de nuestra querida compañera Rosa de los Santos, quien hace unos meses nos dejó este testimonio de su puño y letra: Si lo cuento, va a parecer que es un cuento, pero lo contaré aunque algun@ piense que me lo invento... En sueños, vi a mi padre, que venía diciendo... cuidado hija , que te roban la herencia... y así podía haber sido, si no espabilo y llamo a los interesados”. En este caso, el fenómeno concuerda con las apariciones de mensajeros en sueños de las que también se nos habla desde la Antigüedad, y que recogen, por ejemplo, los Evangelios. Y como el suyo hay muchísimos casos de personas que afirman haber recibido mensajes de personas cercanas, ya fallecidas, que se manifiestan a través de los sueños.


En la carta del Juicio,
del Tarot, aparece re-
presentado un ángel.
En resumen, en toda esta cuestión acerca de los ángeles, vemos cómo se entremezclan una tradición animista primitiva (que subyace en todas las manifestaciones religiosas), una cultura religiosa, un conjunto de mitos populares que han sido transmitidos de generación en generación, y la aparición, a nivel individual, de un conjunto de fenómenos sensoriales que tienden a interpretarse en base a toda esta tradición cultural. ¿Alucinaciones, imaginación, necesidad de dar una explicación emocionalmente satisfactoria a fenómenos que se escapan a nuestra comprensión?. 


Por otro lado tenemos el testimonio fidedigno de personas sanas, racionales y sin ánimo de lucimiento, como en los casos vistos, que afirman sinceramente haber experimentado este fenómeno, o que los mensajes recibidos se han cumplido. ¿Podrían tratarse, en este sentido, de manifestaciones provenientes de todo un Universo inmaterial que desconocemos?. El racionalismo contemporáneo nos protege de la superstición y la superchería, pero ¿no nos limita también en nuestros modelos interpretativos y acota demasiado nuestra mente?. Pero, sobre todo de los sobre todos, y he aquí el gran enigma, ¿quién demonios era Charlie?


Farrah Fawcett (Jill), Kate Jackson (Sabrina) y Jaclyn Smith (Kelly),
protagonistas de la serie televisiva "Los ángeles de Charlie"
Jajaja. Bueno, aquí dejamos planteado el tema para la reflexión..., mientras esperamos a que pase un ángel, jajaja.  Y les dejo con un vídeo musical en el que el cantante británico Robbie Williams nos interpreta su maravillosa canción "Angels", de 1997, escrita por él mismo y Guy Chambers, y dedicada hoy especialmente para Rosa. Y no se olviden de que ni todo es siempre lo que parece, ni todos los ángeles llevan alas.


♪♫"Me siento y espero. ¿Hay un ángel que contempla mi destino?. ¿Y conocen ellos los lugares donde vamos cuando estemos canosos y viejos?. Porque a mí se me ha dicho que la Salvación permite desplegar sus alas. Así que cuando estoy echado en mi cama, con los problemas dando vueltas en mi cabeza, y siento que el amor se acaba, en cambio, yo amo a los ángeles. Y, a pesar de todo, ella me ofrece protección, mucho amor y afecto, si acierto o me equivoco. Y bajo la cascada, donde quiera que me lleve, yo sé que la vida no me va a quebrar. Cuando yo venga a llamar, ella no me abandonará. En cambio, yo amo a los ángeles. Cuando me siento débil, y mi dolor camina por una calle de una sola dirección, miro hacia arriba, y sé que siempre voy a estar bendecido con amor. Y mientras crece el sentimiento, ella insufla carne a mis huesos. Y cuando el amor se acaba, en cambio, yo amo a los ángeles. Y, a pesar de todo, ella me ofrece protección, mucho amor y afecto, si acierto o me equivoco. Y bajo la cascada, donde quiera que me lleve, yo sé que la vida no me va a quebrar. Cuando yo venga a llamar, ella no me abandonará. En cambio, yo amo a los ángeles."♪♫

Saludos.
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