Como seres frágiles y mortales que somos, y expuestos a los caprichos de la suerte y las inclemencias del destino, en ocasiones podemos sentir la necesidad de aferrarnos a determinados objetos y símbolos con los que establecemos un vínculo inmaterial, a veces afectivo, a veces espiritual, a veces irracional y enfermizo, y con los que creemos recobrar la confianza, la fe, y, de alguna manera, nos sentimos más seguros en nuestro tránsito por el sendero de la vida. Hoy hablamos de los amuletos y los talismanes, de su origen, y de algunas curiosidades al respecto. Así que pasen y vean.
A medio camino entre la espiritualidad y la superstición, y también con su buena dosis de fantasía, estos objetos mágicos han estado ahí haciéndonos compañía desde la noche de los tiempos. Pero, antes que nada, convendría dejar claro de qué estamos hablando. A menudo existe una confusión entre las palabras amuleto y talismán, incluso se llegan a entender como sinónimos, pero, sus funciones son básicamente distintas. Veámoslas:
Un amuleto es un objeto protector, un escudo, una muralla frente a una posible agresión externa. Su función, por tanto, es la de proteger al sujeto frente al mal. Teóricamente, diríamos que tiene un efecto apotropaico, es decir, ahuyentador.
Un talismán es justo lo contrario: una puerta abierta, es decir, un objeto cuya función es atraer o canalizar determinadas energías hacia el individuo. Tiene, por tanto, un efecto de atracción.
Antiguo amuleto romano: sí, es lo que parece. |
Ötzi y sus tatuajes medicinales. |
Pero hay que aclarar también que un mismo objeto puede ser utilizado como amuleto o talismán, o como los dos a la vez, dependiendo de la relación que con respecto a él establezca el individuo que lo porta. Tampoco olvidemos que lo que determina el uso y el poder de un objeto con fines “mágicos” es el proceso de ritualización que haya recibido. En este sentido, la ritualización puede consistir desde un simple baño de agua bendita acompañado de una oración hasta los complejísimos rituales de los que hablan los libros de magia.
Amuletos y talismanes han existido y existen en número y especies incontables, y los hay que han sido creados exclusivamente para una persona y otros que son de uso popular. De éstos últimos vamos a ver algunos ejemplos de entre los más extendidos.
- Veamos primero los amuletos.
Conchas, caracolas y cáscaras. Puede que sean los amuletos más primitivos y más extendidos. Y su origen puede estar en la asociación de ideas dentro del mismo concepto de protección: “Lo que ha protegido al animal o al fruto me protegerá a mí”. Suelen llevarse encima en forma de pulseras o collares hechos con caparazones de moluscos, cáscaras de huevo o frutos como el coco. En Cuba se utiliza también un amuleto llamado “cascarilla” (cáscara de huevo en polvo), que el sujeto se espolvorea encima o, mezclada con alguna loción, se unta la piel con ella. Y en España son muy conocidas las “vieiras” del Camino de Santiago.
Vieira gallega de azabache |
Ojo turco o nazar. Consiste en un colgante lenticular, generalmente fabricado en vidrio de colores. En principio, su función estaba reservada para combatir el “mal de ojo”, como su propio aspecto nos revela, pero ha acabado convirtiéndose en un amuleto de "uso general". Su origen está posiblemente en las culturas chamánicas de Asia Central, pero guarda cierta relación conceptual y de aspecto con el “ojo de Horus” de los antiguos egipcios, que también era usado como amuleto.
Anagramas contemporáneos inspirados en el nazar turco |
Crismón. Es un amuleto cristiano. Está formado básicamente por la intersección de las letras griegas X y P, abreviatura Χριστός (=Cristo, en griego), contenidas en un círculo, a lo que se suelen añadir otros elementos, como las letras A, Ω y S. Se cuenta que fue inspirado por el mismo emperador Constantino (s. IV), que lo habría visto en el cielo mientras escuchaba la voz de: “Con este signo vencerás”. Pero existen representaciones más antiguas del mismo, y su forma recuerda a la Rueda de la Fortuna o también a los mandalas tibetanos, es decir, que se trataría de una imagen arquetípica del inconsciente colectivo. Se usó de muchas maneras: como colgante, como elemento arquitectónico, y como símbolo de protección en toda la documentanción europea-americana hasta el siglo XIX.
Crismón en un documento medieval |
En esta carta de liberación de una esclava , del siglo XVI, vemos que el Crismón se ha reducido una simple cruz |
Mano de Fátima. Es un amuleto musulmán, también llamado jamsa (=cinco). Consiste en una mano abierta que nos transmite la idea de parar, de detener algo. Se cuenta que su origen está en la leyenda de Fátima, la hija de Mahoma, aunque los estudios apuntan a que es de procedencia amazigh (bereber), es decir, pre-islámica. Está muy extendido en el mundo hebreo y musulmán para “uso general”, tanto en personas como en edificios.
La mano de Fátima sobre la Puerta de la Justicia de la Alhambra de Granada (España) |
Atrapasueños. El Dreamcatcher tiene su origen en la tribu norteamericana de los Lakota (pueblo Sioux). Consiste en un entretejido de hilos dentro de un marco de madera que recuerda a una telaraña, con una piedra en el centro, y decorado con plumas. Surgió para proteger a los niños de la pesadillas, y por medio de la cultura Hippie se ha convertido en uno de los amuletos más extendidos de los últimos tiempos.
- Entre los talismanes tenemos:
La cruz ansada. En el antiguo Egipto se le llamaba ankh (= vida), y era un símbolo-talismán asociado a la energía vital y al conocimiento. Su forma recuerda a una figura humana estilizada o a una herramienta para sembrar (asociada, por tanto, al concepto de renovar la vida). Era también un símbolo asociado a los dioses (inmortales), sobre todo Isis (la gran Diosa Madre) y Osiris (el dios que murió y renació), y es muy abundante en la iconografía y la escritura egipcias. Su parecido con la cruz cristiana posiblemente no sea una coincidencia, sino que hay razones y evidencias para pensar que se trata de su antecedente directo.
Osiris, el dios resucitado, portando las "llaves de la vida" |
La esvástica o cruz gamada. En la lengua sánscrita suastika significa “de buen augurio”. Tanto su representación gráfica como su significado son comunes a muchas culturas del planeta, por lo que podríamos estar ante uno de los talismanes más antiguos de la Humanidad. Su forma podría ser una estilización de la imagen del Sol, o también podría representar a los cuatro elementos, y aparece en multitud de objetos, adornos y en la arquitectura de todos los tiempos. En general atrae la buena energía, la suerte, la salud y el éxito. Su incorporación a la iconografía del nazismo se explica porque, en sus orígenes, el NSDAP (Partido Nazi) tuvo una estrecha relación con la Sociedad de Thule, una sociedad ocultista y nacionalista, de la que tomó muchos de sus elementos ideológicos y simbólicos. En relación a esto último, desde aquí hacemos una llamada a la superación del estigma que pesa sobre este viejo símbolo, y recupere el significado y el respeto que nunca debió perder.
En el interior de este antiguo kylix griego conservado en el museo del Louvre, encontramos representado a un discóbolo llamado Kleomelos con una cruz gamada en su disco. |
Las esvásticas de la Sociedad de Thule y del Partido Nazi |
Esvásticas de todo el mundo |
La herradura. En tiempos pretéritos, tener un caballo era privilegio de unos pocos afortunados. De ahí podemos entender la asociación entre la herradura y la buena fortuna, y siguiendo el principio de la magia simpática, acuñado por el antropólogo James Frazer: "lo similar produce lo similar, el símbolo llama a la realidad simbolizada". Su origen como talismán doméstico se relaciona con la leyenda de San Dustan y el Diablo (siglo X), y justamente de esa época datan también los primeros testimonios del uso de las herraduras para los caballos. Se dice que debe ser una herradura usada, que haya pisado la tierra y que se haya cargado, por tanto, de la energía generadora de la Madre Tierra, y que se debe colocar con sus extremos hacia arriba, a modo de recipiente esperando ser llenado. Hacerla sonar a modo de diapasón de vez en cuando también potenciaría sus efectos.
En fin, tanto si creemos en el supuesto poder de estos objetos, como si pensamos que todo esto no es más que una sarta de patrañas, no podemos obviar que su existencia ha estado íntimamente relacionada con el pensamiento y la cultura de los pueblos, y, en definitiva, son parte esencial de nuestra identidad como especie.
Y les dejo con un vídeo clip musical de la cantante y compositora española Rosana Arbelo, que nos interpreta "El Talismán", de 1996. Y no olviden de que quizás no hay mejor amuleto que la autoconfianza ni mejor talismán que el optimismo, y que, en definitiva, querer es poder.
Saludos.