miércoles, 26 de enero de 2011

JACQUES TATI: EL ARTE DE HACER REIR.


Jacques Tati en su papel de Monseur Hulot

En el mundo habitan cuatro categorías de artistas: los aficionados, los aficionados que cobran, los profesionales y los genios. Casi siempre el dinero y el prestigio se lo llevan los segundos, pero el tiempo acaba por darle valor a los últimos, que son los que realmente dejan huella. Éste es el caso del cómico francés Jacques Tati (1907-1982).


Nacido como Jacques Tatischeff (de abuelo paterno ruso y madre italo-holandesa) en la pequeña ciudad de Le Pecq, cercana a París, de pequeño sintió poco interés por los estudios, y prefirió siempre las actividades deportivas: tenis, equitación, rugby. De hecho, descubrió su vocación de cómico dentro del equipo de rugby del Racing Club de Francia, haciendo payasadas para sus compañeros.

Se cree que fue a partir de 1931, en plena crisis económica mundial, cuando dejó su empleo de enmarcador en el negocio familiar, para dedicarse a la comedia. Actuó desde entonces como actor en algunas películas y en espectáculos de music-hall.

Después de haber servido como soldado, y en la Francia ocupada por los alemanes, desde 1940 representó un espectáculo humorístico teatral llamado "Impresiones Deportivas", se inicia en la creación de guiones cinematográficos y vuelve a actuar en el cine.



Acabada la Guerra, funda con su amigo Fred Orain la productora Cady Films, en 1946 dirige su primera película, un corto titulado "La escuela de los factores", y en 1947 inicia el rodaje de su primer largometraje, "Día de fiesta", que estrenará en 1949 con poco apoyo de la crítica pero con gran éxito de público.

En 1953 ya estrenará su primer gran éxito "Las vacaciones del Sr. Hulot", ambientada en una ciudad vacacional de la costa atlántica francesa. Esta película va sentar las bases del estilo por el que luego sería identificado Tati. Él mismo encarnará a Monseur Hulot, un personaje de clase media, lacónico, ingenuo y torpe, siempre con su pipa en la boca, que luego también aparecerá en sucesivas producciones. Este genial cómico satiriza de forma humorística los estereotipos clasistas de la época, y no deja títere con cabeza, desde de los egocéntricos capitalistas hasta los estirados intelectualoides de izquierda. Del mismo modo, se burla sutilmente de la obsesión de la sociedad occidental por dar más valor moral al trabajo que al ocio, y la manera en que la tecnología complica a veces el disfrute de los placeres más sencillos. También prestó interés al comportamiento de los personajes en masa, y las muchedumbres son protagonistas en repetidas ocasiones.
Escena de Las Vacaciones del Señor Hulot
Los diálogos son escasos, pero el sonido ambiental tiene una importancia crucial en su obra. Los ruidos, tanto naturales como provenientes de artilugios tecnológicos, hablan y cuentan cosas, e identifican la acción de las escenas. La estudiada mímica de los personajes y los chistes visuales son otra característica muy propia de la obra de este genio. El espectador mantiene en todo momento un semblante entre asombrado y sonriente, y es que la cuidada trama argumental no deja un segundo al aburrimiento.
Tati junto a Mack Sennet y Stan Laurel "El Flaco", haciendo de las suyas

Menudo trío de reyes de la comedia: Buster Keaton, Jacques Tati y Harold Lloyd, en 1959
En 1958, ya con su propia productora, Spectra Films, aparece "Mi Tío", en la que por fin cumple su sueño de rodar en color. Con esta película, en la que se critica el estilo de vida burgués, obtuvo un gran éxito, colmado con el Óscar de Hollywood a la mejor película extranjera. La banda sonora que la acompaña se ha convertido también en todo un clásico.






Cartel y escenas de Mi Tío


A partir de mediados de los 60, llegan tiempos difíciles para Tati. Su nuevo y ambicioso proyecto, "Playtime", le lleva casi al borde de la ruina. Su estrenó en 1967, y no gozó del éxito de los anteriores. 
Escena de Playtime
"Traffic" (1971) será de coste más modesto, pero en ella vuelve a hacer gala de su maestría. Y su última gran obra "Parade" (1974) sólo podrá estrenarse gracias a la ayuda de la Televisión Sueca.






Cartel y escenas de Traffic
En 1977, recibió el premio César por su trayectoria artística, y falleció en 1982, y dejando un guión sin concluir, titulado "Confusión". Tati era un perfeccionista estricto y exacto, a la par que se ponía metas muy altas, por lo que tardaba varios años para acabar cada una de sus películas; pero, si bien escasas en cuanto a número, son de una maestría absoluta. Su gran adversario fue sin duda el no contar con la financiación suficiente para poner en práctica sus brillantes ideas. El Paris Match informó de su muerte con este titular: «Adiós, Monsieur Hulot. Lo lloramos una vez muerto, ¡habría que haberlo ayudado cuando estaba vivo!»

Hoy en día, cuando las salas de cine están dominadas por la todopoderosa industria de Hollywood, preocupada más por hacer caja que proporcionar entretenimiento con calidad artística, conviene recordar que el cine puede ser otra cosa. Hace tiempo que se dejaron de escribir guiones originales e inventar historias, porque se vio que se podía ganar dinero también reutilizando y remezclando los guiones antiguos y haciendo remakes de películas de probado éxito. A su vez, las compañías distribuidoras han encontrado la manera de vender su bazofia ofreciendo a las salas de proyección y a las cadenas de televisión las nuevas producciones sólo en paquetes cerrados, colocando veinte bodrios por cada película más o menos pasable. Y las salas de proyección han elevado tanto el precio de las entradas que el cine, antaño un entretenimiento de las clases populares, se ha convertido en un lujo al alcance de pocos. Hoy en día, conviene recordar que en su día el cine comercial se ganó el calificativo de "séptimo arte", y hoy es casi sólo un valor en bolsa.


Y, para terminar, les dejo estos botones de muestra: una selección de vídeos en los que se puede apreciar la categoría de este genio. Disfrútenlos. 



MI TÍO:




PLAYTIME:




TRAFFIC:




Saludos.

viernes, 21 de enero de 2011

KOAN

"- MAESTRO, AYÚDAME A ENCONTRAR LA VERDAD.
- ¿PERCIBES LA FRAGANCIA DE LAS FLORES? 
- SÍ. 
- ENTONCES NO TENGO NADA QUE ENSEÑARTE. " 

Saludos, sean todos bienvenidos. Comenzamos hoy la andadura en este nuevo blog que estará abierto al mundo de las ideas, el pensamiento, la creatividad y a la búsqueda de las fronteras del conocimiento. Y alguien dirá: "Anda, ¿otro más?. Éramos pocos y parió la burra". Bueno, sí, quizá ya todo esté dicho; pero, ni todo ha sido escuchado, ni lo dijimos nosotros. Las palabras son aire, y se las lleva el viento, y hay muchas que se olvidan y otras que se pierden entre remolinos, y, de vez en cuando, conviene volverlas a pronunciar y hacer que fluyan con renovado aliento.  


oooOooo

Todo lo que existe ha sido previamente pensado. El pensamiento es la acción que precede a todo movimiento, a toda realidad tangible. Las ideas son, por tanto, el cemento y la piedra invisibles que configuran los cimientos de esta cosa que  llamamos Mundo. En una época en la que se nos pretende convencer de que sólo existe un único camino, una única vía de entender y ver las cosas, debemos recordar que el pensamiento es la forma en la que estructuramos las ideas, las sensaciones y los impulsos irracionales. Y, ¿cuántas formas pueden adquirir esas ideas, sensaciones y e impulsos?. Pues, que se sepa, INFINITAS. 

Nacemos desnudos, descalzos y con la mente limpia. E, igual que se nos enseña y se nos obliga a llevar ropa, y a ir calzados desde pequeños, se nos inculca una forma de pensar determinada, a estructurar el conocimiento que vamos adquiriendo dentro de un determinado molde, y incluso a desechar de nuestra mente todo lo que no se ajusta a esa horma. El rigor científico y la lógica racional son los dogmas de nuestro tiempo, y todo lo que no se atenga a sus principios es considerado una herejía, e, igual que se hacía en siglos pasados, de alguna manera es también condenado a la hoguera.

Pero, en nuestra vida diaria, nunca faltan experiencias que nos hacen recapacitar sobre la validez de estos principios, ¿verdad?: una enfermedad, un shock emocional, un encuentro inesperado, un fenómeno inexplicable... Aunque también esta reflexión puede ser inducida, digamos que artificialmente, a través del uso de koans.

Un koan (del japonés kôan, y, a su vez, del chino gông'àn), es un problema que se le plantea al novicio al llegar al monasterio para limpiar su mente de la "contaminación" que ha recibido a través de la educación y las costumbres sociales. De entrada parece un juego absurdo de palabras, ilógico y hasta estúpido. En la cultura occidental, el alumno aprende del profesor siguiendo el hilo de su discurso lógico, paso a paso. El maestro zen, por el contrario, exige un salto a su alumno: debe obtener un conocimiento inmediato por sí mismo. Por lo tanto los koans nunca se resuelven siguiendo la lógica del enunciado o tras un análisis racional del problema. De hecho mientras el alumno tenga su pensamiento entretenido y prisionero del discurso racional, ¡no podrá encontrar la solución!.

Los koans del budismo Zen se caracterizan por contar historias que impactan la mente, que revolucionan los conceptos aprendidos. Son frases frente a las que la mente se estrella, ¡plasss!, y, como no puede solucionar su paradoja siguiendo esquemas racionales, tiene que abrirse a la intuición. Éste es el inicio del camino del conocimiento interior, y de la apertura de la mente, y del despertar del espíritu. Y una mente abierta puede obrar prodigios.

Pero este camino no es fácil, más bien todo lo contrario. El proceso no es sencillo, porque la mente es egoísta y se aferra a sus ideas, al pasado, y a todo lo aprendido. Si, acostumbrados a caminar con zapatos, pretendemos correr descalzos, inevitablemente nos van a doler los pies. Hay que ir, por tanto, despacio. Y librar primero nuestra mente de todo lastre, y ser de nuevo como niños. Esto, obviamente, no es un principio exclusivo de la cultura budista, porque en el mismo Evangelio de Marcos encontramos un enunciado que es además un ejemplo de koan: « Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os lo aseguro, el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él. » (Marcos 10, 13-16). Muchos de ustedes ya han escuchado esto infinidad de veces, pero, ¿se habían parado a pensar en lo que puede significar?.

Les propongo que juguemos con la mente, si quieren, y les ofrezco un koan muy antiguo que, por cierto, leyendo su enunciado, a ver quien seguirá creyendo que la física cuántica la inventaron en el siglo XX :

"- MAESTRO, ¿POR QUÉ EL POLVO SE ACUMULA EN VUESTRO PATIO?.
- VIENE DE FUERA.
- ¿POR QUÉ ESTE LUGAR SAGRADO ATRAE EL POLVO?
- ¡ALLÍ HAY OTRA PARTÍCULA DE POLVO!"





  Y he aquí otro, digamos que de un nivel más avanzado:

"- MAESTRO, ¿QUÉ ES MI YO?
- ¿Y PARA QUÉ QUIERES UN YO?"

¡Este es duro de verdad!, ¿eh?. Ahí los tienen para que ejerciten un poco la mente, si lo desean, y prueben a elevar el nivel de consciencia. Como ya he dicho, se trata de un ejercicio propio del Zen, pero es perfectamente aplicable al margen de preceptos religiosos, y en cualquier circunstancia. Y, ¿para qué?. Pues simplemente para ser más felices. Pues ¿para qué si no estamos aquí?. 


Por último, no quisiera acabar este primer post sin referirme a mi querido amigo Thiago Surfeiro, que me animó a que abriera un blog, y al que le dedico la siguiente canción, que sé que le gusta, y a todo el que pare por aquí, por supuesto, y cuyo título, sin ir más lejos, es un auténtico koan: "Let The Sun shine In" (Deja que el sol te brille dentro), del musical "Hair". Y tú, Thiago, ¿percibes la fragancia de las flores?,(jajajá). 

Paz y amor.





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